I MISERIA: Mundo
Te puedo invitar a viajar a las nubes y a apretar su estómago, y ver
como lloran lluvia ácida sobre hombres ciegos.
Te puedo enseñar a hacer cosquillas a la luna hasta dejar su rostro en
cuarto menguante, y ver como se agitan mareas en tsunamis de hombros caídos.
¡Ven! Acompáñame cerca de donde se esconde el silencio. Donde solo los
mudos pueden gritar. Donde tocar el sol es posible si has depositado el egoísmo
en vertederos de bolsillos llenos y corazones vacíos.
¡Ven! No dudes nada de lo que estos pinceles escriben en lienzos de
papel arrugado y flácido, como carajo erguido en insinuaciones deshonestas
sígueme.
Y verás un enjambre desquiciado, alejado de esta lengua irrazonable. Versada
en fracasos y desconfianzas, que enhebra purpurina de brillos ancestrales para
coser en estocadas de aguja lindos flecos y adornos estampados, cargados de
sueños y libertades.
¡Maldíceme como loco si es que prefieres la rutina! Vespertina sinfonía
de grises cielos y acordes desdichados, que viven cada día esperando un final.
Tiendo mi mano al viento para el que, cuando este seca, la quiera coger;
y se dé cuenta que en este desnudo aleteo de brazos extendidos, tiene más valor
un abrazo que el oro.
Ensancha el corazón que ha sido estrangulado en obsesiones banales y
conformismos baratos. Deja que las marcas de sutura que estoy imprimiendo en tu
piel te hagan mella en la mente y comience de una vez la utopía de vivir…
II MISERIA: Fe
Cuan liviana es esta amalgama de dudas, sembrada en campos yermos de
heridas abiertas.
Cuan inescrutables son los designios del deseo, acurrucado en
desfiladeros de puertas cerradas.
Es esta calma en nebulosas tempestades la que fragua en carisma mis múltiples
personalidades, menos la que se baña en ingenuidad, esa no, pues no se entera
de que la hiel que emana de los poros de mi piel es veneno para el que aprendió
a leer ayer.
¡Miren al cielo los descorazonados, y vean las señales que en
encapotados malabarismos siguen gimiendo por su meta alcanzar!
Qué rica es la esperanza cuando la llevas en brazos y la acunas en
anhelos cabizbajos, pues es admirable la delicadeza con que bordean aquellos
apasionados desfiladeros, que enturbian la mente y doblegan bajo ese escudo
inquebrantable.
Solo ruego al cielo que me dé la oportunidad de cifrar mis metas en su
azul, y que este tarro de esencias prohibidas que minan mi alma, permanezca
cerrado en mi interior.
Yo solo tengo lo que soy y se lo regalo a quien desmedidamente me
abrazó.
III MISERIA: Uno Mismo
He zanjado discusiones con silencios empotrados.
He amueblado mil ideas junto al polvo de mi mente.
He arrancado cicatrices de mis alas mutiladas.
He quebrado inquebrantables dudas.
He olvidado inolvidables noches de soledad.
He orinado en todas las esquinas de mi cielo.
He sujetado con esperanza la vela mayor de este velero troceado…
Mas no consigo recordar cómo se hundió en tierra seca esta amalgama
efímera del resurgir. Sin entender como el viento de poniente en indecente
simetría, iba poco a poco a la deriva consumiéndome.
Es fugaz esa estrella oscurecida y mis mayores deseos se apagaron en un
suspiro.
Es locuaz esta agonía melindrosa que victoriosa ha empezado a gobernar.
Es mordaz la suave rabia que se escapa al luchar frente al espejo.
Es eficaz el cruel bostezo que inició el sueño sin soñar.
Mas no consigo olvidar cómo nos empeñamos en caer, si es posible colgar
candelabros en techos invisibles y de creernos el centro del infinito, si somos
un grano de arena en el desierto…
REQUIEM
Es la calma que enmudece mis nudillos la causante de mi ausencia. Es la
tierra que me arropa un símbolo de adiós. Son las flores un mero trámite y su
fragancia imperceptible una agonía a mi nariz. Son las palabras entrecortadas
una caricia a mi piel. Es este sueño eterno lo único que me queda en los
bolsillos…