domingo, 2 de junio de 2013

Caminando Sobre Miserias


I MISERIA: Mundo

Te puedo invitar a viajar a las nubes y a apretar su estómago, y ver como lloran lluvia ácida sobre hombres ciegos.

Te puedo enseñar a hacer cosquillas a la luna hasta dejar su rostro en cuarto menguante, y ver como se agitan mareas en tsunamis de hombros caídos.

¡Ven! Acompáñame cerca de donde se esconde el silencio. Donde solo los mudos pueden gritar. Donde tocar el sol es posible si has depositado el egoísmo en vertederos de bolsillos llenos y corazones vacíos.

¡Ven! No dudes nada de lo que estos pinceles escriben en lienzos de papel arrugado y flácido, como carajo erguido en insinuaciones deshonestas sígueme.

Y verás un enjambre desquiciado, alejado de esta lengua irrazonable. Versada en fracasos y desconfianzas, que enhebra purpurina de brillos ancestrales para coser en estocadas de aguja lindos flecos y adornos estampados, cargados de sueños y libertades.

¡Maldíceme como loco si es que prefieres la rutina! Vespertina sinfonía de grises cielos y acordes desdichados, que viven cada día esperando un final.

Tiendo mi mano al viento para el que, cuando este seca, la quiera coger; y se dé cuenta que en este desnudo aleteo de brazos extendidos, tiene más valor un abrazo que el oro.

Ensancha el corazón que ha sido estrangulado en obsesiones banales y conformismos baratos. Deja que las marcas de sutura que estoy imprimiendo en tu piel te hagan mella en la mente y comience de una vez la utopía de vivir…

 

 

II MISERIA: Fe

Cuan liviana es esta amalgama de dudas, sembrada en campos yermos de heridas abiertas.

Cuan inescrutables son los designios del deseo, acurrucado en desfiladeros de puertas cerradas.

Es esta calma en nebulosas tempestades la que fragua en carisma mis múltiples personalidades, menos la que se baña en ingenuidad, esa no, pues no se entera de que la hiel que emana de los poros de mi piel es veneno para el que aprendió a leer ayer.

¡Miren al cielo los descorazonados, y vean las señales que en encapotados malabarismos siguen gimiendo por su meta alcanzar!

Qué rica es la esperanza cuando la llevas en brazos y la acunas en anhelos cabizbajos, pues es admirable la delicadeza con que bordean aquellos apasionados desfiladeros, que enturbian la mente y doblegan bajo ese escudo inquebrantable.

Solo ruego al cielo que me dé la oportunidad de cifrar mis metas en su azul, y que este tarro de esencias prohibidas que minan mi alma, permanezca cerrado en mi interior.

Yo solo tengo lo que soy y se lo regalo a quien desmedidamente me abrazó.

 

 

III MISERIA: Uno Mismo

He zanjado discusiones con silencios empotrados.

He amueblado mil ideas junto al polvo de mi mente.

He arrancado cicatrices de mis alas mutiladas.

He quebrado inquebrantables dudas.

He olvidado inolvidables noches de soledad.

He orinado en todas las esquinas de mi cielo.

He sujetado con esperanza la vela mayor de este velero troceado…

Mas no consigo recordar cómo se hundió en tierra seca esta amalgama efímera del resurgir. Sin entender como el viento de poniente en indecente simetría, iba poco a poco a la deriva consumiéndome.

Es fugaz esa estrella oscurecida y mis mayores deseos se apagaron en un suspiro.

Es locuaz esta agonía melindrosa que victoriosa ha empezado a gobernar.

Es mordaz la suave rabia que se escapa al luchar frente al espejo.

Es eficaz el cruel bostezo que inició el sueño sin soñar.

Mas no consigo olvidar cómo nos empeñamos en caer, si es posible colgar candelabros en techos invisibles y de creernos el centro del infinito, si somos un grano de arena en el desierto…

 

 

REQUIEM

Es la calma que enmudece mis nudillos la causante de mi ausencia. Es la tierra que me arropa un símbolo de adiós. Son las flores un mero trámite y su fragancia imperceptible una agonía a mi nariz. Son las palabras entrecortadas una caricia a mi piel. Es este sueño eterno lo único que me queda en los bolsillos…

Días de Tormenta


1 de abril

Comienza el mes de las aguas mil, arrojando su tela de araña en tempestades nebulosas que enredan los días en grises velos.

Intentaré no mirar al cielo para no ser esclavo de sus designios, y rogaré al dios Ra que se haga omnipotente y rompa el maleficio de dicho mes.

Veremos a ver que nos deparan estos días de tormenta…



10 de abril

Es constante el relinchar de gotas quebradizas que huyen al galope de nubes opresoras.

Indomables caen una a una sobre el abanico de abril, el que abofetea mi ventana empañada.

Duerme la nostalgia recordando fogosas libertades, donde arropada al amparo de este gélido atardecer, se acurruca en un silencio incompleto.

Va poco a poco caminando este rezongado suspirar, cautivado por la neblina que rodea aun la habitación.

Y aquí ya no hay sueños insondables cuando se ensueña la desilusión.

Sombrero de paja inútil en esta incombustible marejada de soledad.

Cuan sublime es esta aciaga claridad, claridad que opaca la lluvia de mis nubes cenegadas.



17 de abril

Es curioso ver como pican a mi ventana pequeños rayos de sol, engrandeciendo sus nudillos según pasan las horas. Quizá mis ruegos y oraciones hayan sido respondidos.

Y aunque el sol se quiere hacer fuerte, aun está empapada la suave brisa de una sonrisa deshilachada, que quiere bordar castillos en el aire y volver a ser fiel escudero.

No obstante, el día jadea libertad. Saldré a atrapar el aire y guardarlo en frascos agujereados, para el día que me quede sin aliento poder expirar mi espíritu en bocanadas de esta libertad.

Pues aun veo el mismo reflejo en esta ventana. Una melodía que no para de sonar, un estribillo que invade cual fuerte ejercito mi mente, “ayer teñí  de color sangre mis sueños…”

Y la intensidad de este día soleado no significa nada, en este día traidor de sus adiós.

 

20 de abril

Los vientos juegan a corretear, sin pensar que a empujones llevan a las nubes hasta mi portal, el que ahora vuelve a estar tapiado, helado por este rechinar de frías gotas.

¿No acabará nunca este eterno replicar?

Cada día señalado es un recuerdo, cada recuerdo lluvioso es un constipado que no olvido. Cada constipado que no me deja dormir es fiebre que me aturde y soy incapaz de respirar. Es este copioso sollozar en mi ventana que  nubes más allá…

 

28 de abril

Son ríos desbocados los que atormentan mis pies.

Es esta mojada sequia la que balbucea en noches agitadas un nombre.

Gota a gota tintinean en la ventana susurrándome palabras inconexas.

Y mis ruegos no fueron escuchados, y mi única petición era pasar este mes en un abril y cerrar de ojos.  Más ahora que se acerca poco a poco su muerte, no me alegro. Pues son tantos los recuerdos  que han pasado todos estos días que mis lagrimas iban al compas de la lluvia.

Quizá sea cierto el dicho que lo que no te mata te hace más fuerte.

 

1 de mayo

Hoy me he asomado a la ventana, iluminando la calle oscura con mi sonrisa difuminada.

La lluvia quiere participar en este mes, y a mí me parece genial, ¡me encanta la lluvia!

Saldré a dar una vuelta sin paraguas, solo yo y la lluvia. Juntos paseamos muchas veces, ella me refresca ¡empapa mi alegría!

Hoy me abrazaré a la lluvia en el estruendoso silencio de su caminar.