domingo, 2 de junio de 2013

Días de Tormenta


1 de abril

Comienza el mes de las aguas mil, arrojando su tela de araña en tempestades nebulosas que enredan los días en grises velos.

Intentaré no mirar al cielo para no ser esclavo de sus designios, y rogaré al dios Ra que se haga omnipotente y rompa el maleficio de dicho mes.

Veremos a ver que nos deparan estos días de tormenta…



10 de abril

Es constante el relinchar de gotas quebradizas que huyen al galope de nubes opresoras.

Indomables caen una a una sobre el abanico de abril, el que abofetea mi ventana empañada.

Duerme la nostalgia recordando fogosas libertades, donde arropada al amparo de este gélido atardecer, se acurruca en un silencio incompleto.

Va poco a poco caminando este rezongado suspirar, cautivado por la neblina que rodea aun la habitación.

Y aquí ya no hay sueños insondables cuando se ensueña la desilusión.

Sombrero de paja inútil en esta incombustible marejada de soledad.

Cuan sublime es esta aciaga claridad, claridad que opaca la lluvia de mis nubes cenegadas.



17 de abril

Es curioso ver como pican a mi ventana pequeños rayos de sol, engrandeciendo sus nudillos según pasan las horas. Quizá mis ruegos y oraciones hayan sido respondidos.

Y aunque el sol se quiere hacer fuerte, aun está empapada la suave brisa de una sonrisa deshilachada, que quiere bordar castillos en el aire y volver a ser fiel escudero.

No obstante, el día jadea libertad. Saldré a atrapar el aire y guardarlo en frascos agujereados, para el día que me quede sin aliento poder expirar mi espíritu en bocanadas de esta libertad.

Pues aun veo el mismo reflejo en esta ventana. Una melodía que no para de sonar, un estribillo que invade cual fuerte ejercito mi mente, “ayer teñí  de color sangre mis sueños…”

Y la intensidad de este día soleado no significa nada, en este día traidor de sus adiós.

 

20 de abril

Los vientos juegan a corretear, sin pensar que a empujones llevan a las nubes hasta mi portal, el que ahora vuelve a estar tapiado, helado por este rechinar de frías gotas.

¿No acabará nunca este eterno replicar?

Cada día señalado es un recuerdo, cada recuerdo lluvioso es un constipado que no olvido. Cada constipado que no me deja dormir es fiebre que me aturde y soy incapaz de respirar. Es este copioso sollozar en mi ventana que  nubes más allá…

 

28 de abril

Son ríos desbocados los que atormentan mis pies.

Es esta mojada sequia la que balbucea en noches agitadas un nombre.

Gota a gota tintinean en la ventana susurrándome palabras inconexas.

Y mis ruegos no fueron escuchados, y mi única petición era pasar este mes en un abril y cerrar de ojos.  Más ahora que se acerca poco a poco su muerte, no me alegro. Pues son tantos los recuerdos  que han pasado todos estos días que mis lagrimas iban al compas de la lluvia.

Quizá sea cierto el dicho que lo que no te mata te hace más fuerte.

 

1 de mayo

Hoy me he asomado a la ventana, iluminando la calle oscura con mi sonrisa difuminada.

La lluvia quiere participar en este mes, y a mí me parece genial, ¡me encanta la lluvia!

Saldré a dar una vuelta sin paraguas, solo yo y la lluvia. Juntos paseamos muchas veces, ella me refresca ¡empapa mi alegría!

Hoy me abrazaré a la lluvia en el estruendoso silencio de su caminar.

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