lunes, 26 de marzo de 2012

Maitasuna


Mi Maitasuna…

            … cómo podré dibujar con letras el fuego que nunca se apagará.

            Deslié recuerdos polvorientos del trastero de mi memoria, tan opaco, tan difuso, que la pesada y amarga estampa del tiempo que machaca ya mi espalda han intentado ocultar.

            Intento vislumbrar en la espesura hecha usura de mi cordura, a aquella figura casi retórica de mi persona, la que parece que pereció, la que los golpes y desazones bebidos a sorbo en tazones de ingravidez desvirtuaron, la que un día junto a aquel rio de carcajadas y emoción, te dio el mayor abrazo en verso de labios divinos que el cielo y toda su corte celestial envidió al ver perfecta nuestra unión, al recitar a voces el susurro de mis sentimientos tan profundos, tan humildes, tan incansables y ardientes, que no hay llamarada tan incombustible como aquellas letras recitadas por mis manos, las que estaban envueltas en llantos por vueltas que da la vida, pero tú me diste otra vida despertando en mi sueños que no conocía.

            Cómo decirte sin diluirme en un vago divagar que, la ventura de ésta aventura que ha llenado mi paladar, que ha engrandecido a éste ser tan agradecido por tenerte a su lado y nunca haber desfallecido.
            Cómo expresarte tantos sentimientos sin utilizar el tópico tan típico de usar frases hechas que con tu dulce gesto ladeando la cabeza y mirando al cielo siempre desechas.
            Cómo hacer creíble el increíble grito de éste corazón que golpea mi pecho cuando acaricias mi piel, enrabietado aún por no saber mostrar ni demostrar cuán importante eres mara mi.
            Y es que tendría que bajar Dios y escribir estas letras para que fueran dignas de ti, y no este pobre mendigo de tus besos, esclavo de tu amor, que me deleito en respirar tu aire cada día y no soy capaz de decirte que te quiero…
            Por eso volví a aquel instante para recordar, para llevarte a aquel momento donde supe darte lo que necesitabas, donde leía tus miradas y escuchaba tus silencios.
Quiero llevarte allí en este instante, que veas que aunque muchas cosas han cambiado, yo te sigo amando como entonces.
            Quiero que tu mente esté allí ahora y que no olvides ni por un instante que, aquel momento, será eterno.
            Quiero que pienses en aquellos días, en los que disfrutábamos soñando…. Esos sueños se han cumplido mi amor, aún seguimos luchando por esta sinrazón llamada amor, y aunque la juventud se ha hecho quietud parecida a monotonía, quiero que jamás olvides cuanto significas para mi….
            Y volveré a recitar aquellas palabras junto al rio de carcajadas y emoción…

Bajo la mirada atónita de un impávido sol
que rojizo de envidia resquebraja con ardor
una brizna de bosque que acongojado suplica clemencia,
vi  nacer entre la injusticia y la demencia,
una flor tan humilde como hermosa
de dulce irisar
que ilumina con su sonrisa tan dichosa
mi aletargado y pesado caminar.

Como regente absoluto de mi estupidez,
vivía ensimismado en lobreguez;
sobre alfombras de hojas muertas
pasos dormidos en visiones tuertas.

Pero en el rio de carcajadas y emoción
sentí el delirio eterno del amor
donde tu frío incandescente de ilusión
grabó tu nombre con fuego helado en mi corazón…

Y ya no hay borrasca en mi rostro atormentado
la lluvia salada de mis nubes verdes ha cesado
la dama aviesa llamada tristeza
cogió su certeza y abandonó su alquiler en mi cabeza
donde tú con decoro has re amueblado con oro acrisolado
has colocado las dudas en el trastero olvidado…

Por eso te ruego, mi damisela, que no tomes mis dichos como algo baladí,
 pues mi único deseo es compartir mi vida a tu lado sin fin,
más suplico a tu excelentísima grandeza,
que perdones todas mis torpezas,
pues me hayo abocado a la imperfección
hijo del odio y sin compasión;
pues mi alma la empeñé para pagar
todas mis deudas contigo y así tratar de lograr
que esos hoyuelos vuelvan a sonreír,
mi sueño es que seas siempre feliz
y demostrar así lo que me haces sentir.

Mi  susurro será
el mayor grito que te pueda abrazar
poniendo mi cielo en tu suelo
para que nunca olvides que te quiero… mi Maitasuna.

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