lunes, 15 de abril de 2013

Mundo


Doy vueltas en círculos

en cuadriculas de hormigón

veo gente sin rostro

semblante decaído de brazos

de lazos envueltos, ahogados

risueño egoísmo

que no da tregua

y galopa terca yegua

sin tiempo a descansar.

 

Soy participe de la desventura

que da seguir pisadas

en el vacio solitario de la multitud

caricaturas en peligro de extinción

latitud norte, potencia inusual

que desbocada pasa sin mirar

debajo de sus pies desgastados

de correr con los cordones atados.

 

Estoy frente al silencio

cara a cara con la muerte;

cada día sostengo mi vida

con tiritas puntiagudas

carentes de lo necesario,

tragando con calma

las estocadas que por la espalda

tratan de pisotear

un cambio de camino.

 

Aquel que entre bastidores

siempre quiso aflorar

mas la contienda desmedida

con la que se ducha la injusticia

dio retardo al embargo

que destronó su pedestal.

 

Voy tras la noche

no quiero ver amanecer

no hay reproches en los actos

que malamente se infiltraron

en agónico padecer,

más si cabe seguiré

por la ruta que me dé el sendero sin zapatos,

y parando cada rato

decidiendo que poner

si una tilde, una coma o un punto

cuando halle algún asunto.

 

Mientras tanto olvidaré

que es lo inquietante del olvido

y recordaré algún sollozo acurrucado

en los vestigios desnudos

que doblegaron mi mente,

y abrazaré de cuclillas aquel disparate

que nos llevó a creer

que lo que vemos es lo que hay.

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