De escritura cuneiforme, pragmático y carismático, imperceptible en
sentimientos y delincuente de sensaciones, huérfano de maldad e imberbe en
torpezas; orquestado por leyendas ancestrales y cantos moribundos de héroes,
destinado a ser atinado con el contoneo subversivo de palabras y versos torcidos
en la decadencia que es inocencia con la que la incidencia pide clemencia. Estampando
a golpes de tinta las clases artísticas y lecciones sintácticas de un corazón desarropado
de sueños y acurrucado en el rincón oscuro del llanto; derritiendo mis manos en
ignominia para desliar los anzuelos que atrapan al cebo de mi alma. Tan elocuente
estruendo de amaneceres descarriados que navegan por mis párpados humedecidos
por los envites y vicisitudes que trajo la tempestad, tan encerrado en los
profundos valles verdes que doblegan imperiosos estandartes de caprichoso
atardecer, tan lleno de nada… simplemente complicado.
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